En busca de redeción.

Era una tarde cálida de verano en Banderbill. Cualquiera que pasease por sus amplias calles podría ver el Gran Mesón lleno de integrantes de la honorable Armada Real, que, entre cerveza, vino y gritos, narraban sus victoriosos combates contra criminales y los tan temidos integrantes de la Legión Oscura, acompañado por los acordes de un bardo; mientras otro cantaba fuera de la puerta a cuanta bella señorita cruzara delante de él. Ellos, con su inseparable laúd, presto a la melodía, ya sea del amor, del cuento, o simplemente una música sin sentido que les ayudara a perderse en el tiempo; los alquimistas, creando pociones; la tienda de mágia, donde un elfo, y un humano escribían hasta el cansancio pergaminos con los hechizos más poderosos; el herrero, achacando con su martillo, la hoja de una espada larga; y el sacerdote, que rezaba día y noche, con sus clérigos, por las almas en pena que buscan paz.

La ciudad era el punto exacto de reunión para aquellos viajeros que buscaban hospedaje, quizá una comida caliente, o una jarra de vino que los refresque. Ya sea que estos lleguen por tierra, o navegando desde otros puntos del mapa, Banderbill abría sus brazos a todo ciudadano y miembro de la armada. Brindaba seguridad con sus guardias, siempre en sus puestos, la mirada perdida en el horizonte, vigilando ante cualquier posible peligro.

Ahí estaba él, en el centro del recinto real. Al pie de la escalera que llevaba al trono. Dos centinelas se apostaban en la puerta, la guardia real.

-A que debemos su no tan grata presencia, Barristan? -El rey llevaba su corona dorada, con incrustaciones de esmeralda, ruby, y zafiro. Vestía sobre su jubón de algodón, un manto de fina seda roja arghalí.
-Alteza, vengo a pediros perdón por los crímenes que he cometido- llevaba puesto una simple armadura de placas, de un gris opaco. Un casco de hierro completo, un escudo del mismo material, ambos apagados de cualquier brillo, y a su espalda, un hacha de guerra de dos filos. -Quizá no baste con haber pagado mi fianza, y que actualmente sea un ciudadano. Es por eso que me presento ante usted, y su corte, para redimirme de cualquier equívoco que haya cometido. Mi rey, veis  un simple guerrero, nacido en la pequeña villa de pescadores llamada Nix, al Sur de Ullathorpe, muy lejos de la capital.
-Suficiente de geografía. - Lo interrumpió con voz seca un consejero real, vistiendo una túnica de druida- El rey conoce su territorio. Vos habeís elegido el camino incorrecto, y pretendeís que su alteza otorgue su perdón? Y que esas almas de bondadosos ciudadanos que matasteís dejen de perseguirte por la noche cuando no lograís consolar el sueño?
-No. -murmuró, tenía los ojos cansados, una barba de varios días, y el pelo revuelto bajo el casco- Perdón y redención. Eso es lo que busco. Como iba diciendo, Lord elfo, soy hijo de pescadores, y en mi afán de entrenarme, y ser el mejor combatiente, he elegido el camino equivocado. Y mi presencia aquí no es por tranquilidad, ya he meditado sobre mis actos, he pedido perdón a los familiares de aquellos que he matado. En esta ocasión estoy ante ustedes para pedirle a su majestad que me permita enlistarme en la armada real. Llevare protección a cada ciudadano de estas tierras nórdicas, los ayudaré en su entrenamiento, y perseguir a cuanto criminal ponga en riesgo la paz del rey. Solo busco...

Redención:

Espero que les guste, y que me ayude a conseguir el perdón del consejo de Bander. Es el primer relato que escribo, así que acepto consejos/críticas/correcciones.

Saludos!

Muy Bueno Pedido de perdón al Consejo de Banderbill. Como Miembro de La Gran Armada Real, Haré que tu Pedido Sea Escuchado por todos los miembros de la Armada y en especial El Rey, y Ojala que en un tiempo no tan lejanos, seas Miembro de esta Alianza que Necesita de Gente Como Usted.

Saliendo un poco del Rol: La Verdad que muy buen relato, muy bien narrado, y por lo que leí, debes de tener una segunda parte y/o Final... La espero, porque debe de ser igual o mejor que esta...

Saludos Lucho!

Gracias, Nico. No lo había pensado... Pero se hará según lo que decida el consejo. Cuando llegue el momento, pediré perdón como corresponde, adjuntando el TH. A ver si con eso los puedo convencer

Eso se verá cuando los postée con el debido perdón. Según lo que responda el consejo de Bander, se hará una segunda parte donde se narrará el futuro de Barristan.

Muy buen relato Lucho, muy bien redactado, lastima que el perdon fué hacia el concejo de Bandervill. Saludos!

Muy bueno la verdad, lástima que nadie se pase por esta sección a comentar o a ver lo que la gente hace con esfuerzo.

Saludos.