Los escritores
Por Joaquín Ordiz Ugarte (?)
La pluma, nuestra espada blandida y el papel, nuestro infalible escudo. Herramientas ordinarias y de bajo costo, que aun así pueden otorgar gloria y frescura mental como la frustración en la conciencia del escritor o el lector.
Muchos ejecutores de la escritura hay, pero buenos tan solo unos pocos. Existen quienes no tienen la imaginación y creatividad para escribir, pero su perseverancia intentándolo los ayuda a seguir tratando de lograrlo. También, hay muchos fanfarrones que copian obras ya escritas y las publican diciendo que son de su autoría. Inmundos y despreciables. Solo el plagio ampara su retorcida ideología de que significa ser un escritor. Lo cual implica tener dignidad y devoción con el lector como para el escritor mismo. Dignidad para ser original y no rebajarse a un nivel de chantaje como es el de copiar obras de una autoría que no nos corresponde. Devoción para el lector pues copiar no sería esmerarse para que quien lea la obra sea cual sea su género lea algo novedoso, no escrito ya. Y dignidad para consigo mismo pues… ¿Qué se obtiene haciendo una réplica de algo ya existente? Nada, no hay beneficio alguno. Esto a mi parecer representaría una pérdida de honor y orgullo propios.
Continúo con las ratas sin creatividad, pues bien, opacan la escritura con sus acciones. Pero por más que hagan esto, nos dan una razón más para escribir y mejorar con cada publicación lograda. Aunque debo aceptar, que en lo que respecta a estas generaciones de jóvenes parecería que nuestra existencia es nula. Tienen un predilecto hacia obras antiguas copiadas que a nuestras historias y relatos que son escritos con días de esfuerzo. ¿Qué cuál es el problema? El medio televisivo y la publicidad. Nosotros, nobles y humildes escritores no pagamos para hacer publicidades televisivas, o colocar brillantes anuncios de enorme tamaño por las calles. Simplemente escribimos un libro y lo publicamos, a quien le guste bien y a quien no otra vez será. Pero estos copiadores, dios los maldiga, normalmente invierten dinero es publicidades para lograr fama y dinero. Así es como escribiendo novelas y todo tipo de creaciones escritas tenemos una guerra. Un combate, para ver quien es merecedor del prestigioso título de escritor. Pero luchamos contra un gigante, un gigante de enormes proporciones. Nosotros a su lado, somos enanos. Pero ellos son gigantes de papel y nosotros enanos de plomo. La más ligera brisa de viento los hace desaparecer mientras nosotros seguimos perduramos en el tiempo por más que un tornado intente arrasarnos. Por esto, escribimos y continuaremos escribiendo sin descanso ni recelo de la corta fama que obtienen aquellos que no son capaces de crear. Esta fama, se extingue al igual que ellos, en el tiempo. Y es así, como ganamos, ganamos el título y así es como nos proclamamos, como escritores.