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Entre sueños (Inti Berdes).
Dom 13 Mar 2011, 09:44
Entre sueños.
¡Oh padre! ¡Papá! ¡Respóndeme! ¡Papá!
Gritos desaforados, como si únicamente se quisiera extinguir la voz del hombre en aquel lugar.
A cada grito, dos calandrias cruzaban de un arbol a otro, mirándome fijamente al volar.
Al último vuelo, respondiendo al llamado de un niño a su padre, un cazador dispara una flecha envenenada a la criatura, mientras que la otra escapa en busca de su futura vida.
La calandria cae, y sobre mis manos podía ver como cada vez se volvía más verde la piel, mi cuerpo se transformaba totalmente, y la calandria dejaba por fin de mirarme.
De pronto, una flecha alcanza mi joven corazón, con un ruido extraño, similar al de una explosión.
La lluvia estalla a torrenciales, los arboles eran bruscamente empujados por el viento huracanado y las nubes se aliaban al bosque para generar un aspecto fríamente sombrío.
En cuanto el primer rayo cae sobre un arbol, las llamas de este dan a conocer el rostro de un hombre de cara estrecha bigote y barba con un rostro repleto de cicatrices, y entonces es cuando el arbol cae, resumido simplemente a cenizas totales.
Un gran monstruo se me acerca saliendo bruscamente de la tierra, para lo cual como única defensa me trepo a un gran arbol de edad anciana, y cada rama que subía, podía distinguir como el monstruo perdía color, para que un nuevo ser renaciera de las mismas cenizas, tomando cada ves mas forma y color, formando en su totalidad, un cazador, apuntándome con una flecha extremadamente resplandeciente.
La flecha se dispara, sin que el cazador ejecute movimiento, y es entonces cuando me despierto, tirado, con las vestimentas sucias y rotas, y al mirar hacia algo más que mi mismo, noté que me encontraba, en la entrada al palacio del rey de banderbill, donde un gran pájaro blanco, se acercaba a mi caminando sobre sus dos patas, para terminar parado sobre mi hombro, el cual por cierto me dolía mucho, es entonces, cuando el pájaro me fija la mirada en el centro de los ojos, mientras que un hombre, de voz elegante y refinada, grita a gran volumen:- ¡Calandria!
Inti.
¡Oh padre! ¡Papá! ¡Respóndeme! ¡Papá!
Gritos desaforados, como si únicamente se quisiera extinguir la voz del hombre en aquel lugar.
A cada grito, dos calandrias cruzaban de un arbol a otro, mirándome fijamente al volar.
Al último vuelo, respondiendo al llamado de un niño a su padre, un cazador dispara una flecha envenenada a la criatura, mientras que la otra escapa en busca de su futura vida.
La calandria cae, y sobre mis manos podía ver como cada vez se volvía más verde la piel, mi cuerpo se transformaba totalmente, y la calandria dejaba por fin de mirarme.
De pronto, una flecha alcanza mi joven corazón, con un ruido extraño, similar al de una explosión.
La lluvia estalla a torrenciales, los arboles eran bruscamente empujados por el viento huracanado y las nubes se aliaban al bosque para generar un aspecto fríamente sombrío.
En cuanto el primer rayo cae sobre un arbol, las llamas de este dan a conocer el rostro de un hombre de cara estrecha bigote y barba con un rostro repleto de cicatrices, y entonces es cuando el arbol cae, resumido simplemente a cenizas totales.
Un gran monstruo se me acerca saliendo bruscamente de la tierra, para lo cual como única defensa me trepo a un gran arbol de edad anciana, y cada rama que subía, podía distinguir como el monstruo perdía color, para que un nuevo ser renaciera de las mismas cenizas, tomando cada ves mas forma y color, formando en su totalidad, un cazador, apuntándome con una flecha extremadamente resplandeciente.
La flecha se dispara, sin que el cazador ejecute movimiento, y es entonces cuando me despierto, tirado, con las vestimentas sucias y rotas, y al mirar hacia algo más que mi mismo, noté que me encontraba, en la entrada al palacio del rey de banderbill, donde un gran pájaro blanco, se acercaba a mi caminando sobre sus dos patas, para terminar parado sobre mi hombro, el cual por cierto me dolía mucho, es entonces, cuando el pájaro me fija la mirada en el centro de los ojos, mientras que un hombre, de voz elegante y refinada, grita a gran volumen:- ¡Calandria!
Inti.
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