Bitagora de un guerrero: la muerte de newen

Mar 18 Mayo 2010, 21:48 Reputación del mensaje :100% (2 votos)

Me siento en mi silla de mármol y disfruto de mi pipa rellena de tabaco. Observo con ligero antaño la chimenea y el llameante fuego que emerge de ella. Veo como la leña se desquebraja y de a poco se convierte en oscuras cenizas. En estos momentos es cuando comienzo a recordar…
Me remonto a tiempos inmemorables en los cuáles mi juventud se hacía presente, tiempos de batallas y guerras y de un amor patriótico más enorme que el mismo amor propio. Tantas alegrías cosechadas y tantas penumbras vividas. Batallas de a miles ganadas y otras miles perdidas. Pude ver a mi nación triunfar sobre el enemigo como pude ver caer moribundos a mis amigos y más fieles soldados. Pero jamás mi honor y mis agallas se desvanecieron.
Una de las tantas batallas luchadas fue una que se dio sin previo aviso. Aún siento la maldita impotencia y la leve presión sobre mi pecho llegando hasta lo más profundo de mi corazón. El día de su muerte, la muerte de Sir Newen. El era el único hijo de mi rey Tancredo y también era mi más fiel y perspicaz amigo. Puedo recordar la humedad delicada de las lágrimas de mi rey cayendo sobre mi helado hombro. Mi melancolía aumenta a medida que visualizo ese oscuro día. Estando entre sombras Banderbill no sabía si se recuperaría. Sin duda, este era el momento más difícil por la cual la ciudad real había pasado. Tardaron años para que Tancredo deje de desperdiciar lágrimas de su rostro. Pasaron años para que yo me recupere de ese espantoso momento en el que Newen y yo fuimos raptados del baile anual de Banderbill por secuaces del demonio. Fuimos encadenados a fisuradas paredes por las cuales se derramaban sangre azul, sangre patriota. Newen estaba completamente desmayado sin poder realizar ninguna acción como para defenderse. Yo por mi parte, estaba inmóvil, viendo a mi amigo ser torturado. No podía hacer nada, mi mente estaba en blanco. Mis manos entumecidas por el dolor que sentía, mis piernas eran insensibles al frió. Mi corazón palpitaba rápidamente y mis pulmones se abrían extensamente para permitirme respirar. Lo estaba logrando, las cadenas estaban flojas. Podríamos escapar. Pero de pronto, un sordo ruido llego a mis oídos. Se oyó como un golpe seco. Cuando levante la mirada yacía mi amigo muerto en esa maldita mesa de piedra. Me detuve en mi afán de librarme para convertirme en una estatua viviente. Mis músculos se tornaron duras rocas las cuales carecían de movimiento alguno. Que espantosa sensación, había visto morir amigos y soldados, pero nada se comparaba con ese momento. Fue el más espantoso de mi vida. Caí al suelo apenas me extrajeron de la celda. Solo pensaba en mis momentos con el. Recordaba las miles de batallas vividas junto a Newen. El compañerismo por su parte y mi devoción de la misma por la mía. Los malditos asesinos estaban por darme el golpe final. Pero reaccioné, tome una espada del soldado que sostenía mi lado izquierdo y hundí el arma en su vientre. Sentí placer, casi podría decir que era como un morbo el cual alimentaba mi sed de venganza hacía aquellos repulsivos seres de piel negra-verdosa. Acabé con todo aquel asesino que desafiaba mi espada y mis habilidades de combate. Sobreviví, pero mi amigo no.
Estuve días vagando por inhóspitos bosques repletos de criaturas dispuestas a sacias su hambre con mi carne. Pero no me dí por vencido. Al cabo de 7 largos días llegue a Banderbill, mi amada cuidad. Conté lo sucedido a Tancredo en cual rompió en llanto. Me sentí peor, pero no podía ocultárselo. Lo empeoraría.
Finalmente vuelvo en mí. Me encuentro en el sillón, con los ojos entrecerrados. Lagrimas caen de ellos. Mi pipa se encuentra en el suelo y el tabaco esparcido a su alrededor. La leña se consumió por completo. Ya es de noche, me quede dormido. Pero no fue solo un sueño. Odio que mi mente me juegue estas malas pasadas, no dormiré hasta la madrugada. ¡Maldición! Porque demonios tuve que haber participado en ese momento. Me gustaría olvidar, pero lamentablemente, mi karma me lo impide. Estoy destinado a encontrarme en mis sueños con el fantasma de mi mejor amigo, si hubiera actuado en ese momento. Pero estaba en shock, no podía moverme. No es excusa, yo soy responsable de su muerte. Y mi melancolía y el fantasma de ese día, vivirán siempre en mí.

Fin By Joaquín Ordiz Ugarte

Mar 18 Mayo 2010, 21:54

Me encanto! Al fin pudiste sacar esa pasión por la literatura que se encontraba oculta dentro tuyo (?).
FELICITACIONES!!

Saludos.
Kimbly

PD: De aca a que Jopo sea todo un autor... UNOS CUANTOS AÑOS .

Miér 19 Mayo 2010, 07:06

BLUESKY· escribió:[color=cyan][b]Me siento en mi silla de mármol y disfruto de mi pipa rellena de tabaco. Observo con ligero antaño la chimenea y el llameante fuego que emerge de ella. Veo como la leña se desquebraja y de a poco se convierte en oscuras cenizas. En estos momentos es cuando comienzo a recordar…

Ligero antaño...
Antaño sería para una frase como ..."Esos días de antaño en que jugabamos en la plaza"...

Después hallé un par de errores.
For example:
fisuradas = Resquebrajadas
O me falta una coma, o me sobran palabras
.."Estando entre sombras Banderbill no sabía si se recuperaría."...

El resto esta muy bueno Joaco, me gustó la trama

Saludos
Nanshe

Miér 19 Mayo 2010, 17:03

Lindo! Lindo! Muy lindo!

Miér 19 Mayo 2010, 21:41

Me entretubo, me gusto, un 9 Jopin. +1 para vos capo. :D

Lun 24 Mayo 2010, 09:37

No tengo mucho que decir, pero... es muy entretenida.
De seguro te encanta leer, no? jajaja muy buena.

Mi puntuacion: 10 (Diez)

Miér 26 Mayo 2010, 20:22 Reputación del mensaje :100% (1 voto)

Sacando los errores de lado, me gusto mucho.
Atte: Fastolf

Miér 26 Mayo 2010, 23:48

Jopo y sus muertes (?

Jajaja muy buena la history :O

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