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Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus
Dom 04 Jul 2010, 04:21
Año 1895.
-¡Hey Ronald! Creo que he hallado algo-
-Con cuidado France, o lo dañarás-
-Pincel por favor-
(Entrecerrando los ojos) –“Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus”-
Memoria I: Kj-nif Ghful
“Luego de meses de viaje habíamos arribado a las gélidas costas del imperio Rakadí. El emperador nos esperaba con su corte para luego servirnos un banquete.
Ya teníamos todo calculado, a la hora del postre, develaríamos nuestras identidades y tomaríamos la capital.
Se aproximaba la puesta del sol, los aullidos de los lobos no tardaron en aparecer en dúo con la luna.
Ahh, que magnífico cielo.
Paseaba por las almenas cuando la vi. Sus ojos cual gemas de Ghosulú, pérfida a prima vista, pero con un cuerpo digno de la diosa Vlks Jhusá. Entonaba una pieza mientras tocaba tranquila el arpa. No se había percatado de mi presencia expectante y proseguía con su expresión artística.
Podré ser un hombre tosco y de mar, dedicado al saqueo y al crimen, pero se distinguir una bella melodía con solo oírla.
De repente se detuvo. Yo, veloz, di un paso al costado para quedar completamente cubierto por una columna.
Una sombra masculina se acercaba a ella, mientras en sus ojos se reflejaba el asco y el temor, como si esa persona fuera alguien que la acosaba.
Un hombre de contextura robusta pero pequeño de altura la tomó fuertemente con una mano de mejilla a mejilla obligándola a besarlo. Ella se resistió hasta que no pudo mas. Un alarido proveniente del desconocido me trepanó los tímpanos. Sangre chorreaba de su labio; ¡ella lo había mordido como último recurso para alejarlo!
El abusador dio un paso hacia atrás. Tomándose con una mano la boca, le propinó una bofetada a la joven. Yo no podía contener mi furia, era digno de un cobarde golpear a una dama.
Salí de mi escondrijo de un salto. Empuñé mi arma y dije triunfante:
-¡Déjala! ¿A caso no notas que no te soporta? ¡Vamos, aléjate o me veré obligado a matarte por cobarde!-
Sonrió por lo bajo, levantó la cabeza y gritó a voces
-¡Guardias!-
Era momento de acelerar los planes. Tomé a la jovencita de la muñeca y corrí bajando a saltos los escalones.
Al bajar corriendo, mis compañeros captaron que algo andaba mal.
Tiraron sus capas, desenvainaron sus armas y trabaron todas las salidas.
Situando a la muchacha detrás de mí para protegerla, exclamé
-Nobles, burgueses y de más. Somos el ejército Thronphoniano y declaramos esta ciudad bajo nuestro mandato.- Hice una pausa para mirar a mi alrededor y proseguí –Todo aquel que se rehúse a seguir cualquiera de nuestras órdenes se quemará junto con el templo y los cuarteles.-
Sentí que una flecha había atravesado mi armadura, mi ropaje y mi corazón.
Me desplomé al suelo, cerré los ojos y, cuando estaba a punto de morir… Desperté
Todo había resultado ser un sueño.
Esa misma tarde partimos hacia Jhgu-Klophen, la capital del imperio Rakadí.”
-Que extraño. Mira Ronald, parece que alguien quiso evitar que se leyera una parte específica de esta memoria.-
-Creo que devela un “secreto divino”.-
Memoria II: Ghnser Mc Ferghen
...” A la mitad del canal oscuro nos topamos con una inmensa criatura. Sus ojos reflejaban los fuegos del averno, su piel escamosa dura cual hierro refulgía bajo el sol, su aliento olía a un cementerio de orcos de las praderas y sus dientes tenían el tamaño de una embarcación pequeña. Era Dyftragön, el guardián de las puertas del Xipôrán (el templo de juicios de los Dioses, donde se disputaban las acciones a tomar sobre los humanos).
Como todo marino del canal sabe, la única forma de pasar al guardián era atravesando su cráneo con la espada de Mÿnerlo, la cual se encontraba clavada en la cima de un monte a 2.000 millas del lugar donde nos encontrábamos.
Por la velocidad que posee Dyftragön no se podía rodearlo y por lo astuto que era, tampoco se lo podía engañar.
Decidimos ir en busca de la espada.
Navegamos durante días, semanas, meses. La tripulación estaba completamente desmoralizada y sin incentivos a seguir.
Decidimos acudir a los dioses. Preparamos un tributo al oráculo Arutnevä y a la media noche lo pusimos en marcha – tal como nos habían enseñado-.
Transcurridas unas horas, apareció un extraño fuego azul. A pesar de emanar calor no quemaba la nave. Las llamas se difumaron en minutos dejando al descubierto a un anciano con túnica y capucha hasta la nariz.
Con vos titubeante dijo –“Yo el futuro he venido a vaticinar. Pero para esto lograr un enigma milenario de forma correcta han de contestar. Si su respuesta es errada su vida he de cobrar”-.
Impaciente le dije –Divino Arutnevä, te hemos invocado para que nos digas por que motivo no llegamos a la isla de Mÿnerlo. Hace casi un año que estamos navegando y aún no completamos las 2.000 millas-
Con un ademán de que nos acerquemos, susurró –“¿Que es aquello que representa el conjunto de miedos ocultos en todos los humanos? Respondan de forma correcta, ya conocen el trato”-. “…
-Veamos, veamos, veamos. “Fgthir Catdnab Fj-Yaxir y Fgthir Jhelg Gh-Lëfhe, exploradores de los desiertos”. Parece que los Fgthires eran los actuales príncipes y reyes árabes.
Memoria III: Fthir Catdnab Fj-Yaxir y Fthir Jhelg Gh-Lëfhe
“Emprendimos nuestro viaje hacia el reino aliado de Yank Jashur en busca de una reliquia para nuestro templo.
Cargamos nuestros camellos, afilamos nuestras espadas, preparamos nuestras flechas y tensamos nuestros arcos con la velocidad de días de expectativas de aventura acumulan.
Días pasamos a cuestas de nuestros camellos bajo el ardiente sol del desierto.
Sedientos y cansados, en nuestro día de expedición número 127, cambiamos los planes para encontrar rápidamente un oasis para cargar nuestros cuernos con agua y descansar bajo algo de sombra.
Una semana mas tarde, divisamos unos manchones verdes en la lejanía. Incentivados por la emoción, llegamos al oasis en pocas horas.
Estábamos montando nuestras tiendas cuando una sombra flotante con ojos rojos rodeó nuestros camellos haciéndolos desaparecer.
Esta se detuvo a centímetros de mi nariz y dijo con una vos tenebrosa –“Han pisado tierra que no les corresponde. Han usurpado las reservas divinas de agua y alimentos para satisfacer sus deseos. Una maldición va a caer sobre ustedes si no se marchan caminando de este sitio antes del amanecer del tercer día”-.
Para nuestro espanto, el entorno desértico se esfumó para transformarse en costas.
Estábamos en un pequeño manchón de tierra en medio del mar. Jamás podríamos salir caminando de allí.
Resignados a afrontar nuestro castigo, nos dejamos estar.
A unas horas de completarse la profecía, divisamos un navío de velas blancas destrozadas, como si hubiera emergido del fondo del mar. En proa tenía una estatua del dios de los mares Deth Suthia, famoso por sus castigos y su tiranía.
La sombra hizo su reaparición exclamando –“Alguien ha saldado su deuda, han quedado en libertad”-. "
Espero que les guste.
A este tipo de narración se le llama "Narraciones enmarcadas".
Consisten en narraciones dentro de otras.
En este caso, son las memorias de 4 emperadores de diferentes partes del mundo, contadas por Ronald y France, unos arqueólogos del siglo XIX
Saludos
Nanshe
-¡Hey Ronald! Creo que he hallado algo-
-Con cuidado France, o lo dañarás-
-Pincel por favor-
(Entrecerrando los ojos) –“Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus”-
Memoria I: Kj-nif Ghful
“Luego de meses de viaje habíamos arribado a las gélidas costas del imperio Rakadí. El emperador nos esperaba con su corte para luego servirnos un banquete.
Ya teníamos todo calculado, a la hora del postre, develaríamos nuestras identidades y tomaríamos la capital.
Se aproximaba la puesta del sol, los aullidos de los lobos no tardaron en aparecer en dúo con la luna.
Ahh, que magnífico cielo.
Paseaba por las almenas cuando la vi. Sus ojos cual gemas de Ghosulú, pérfida a prima vista, pero con un cuerpo digno de la diosa Vlks Jhusá. Entonaba una pieza mientras tocaba tranquila el arpa. No se había percatado de mi presencia expectante y proseguía con su expresión artística.
Podré ser un hombre tosco y de mar, dedicado al saqueo y al crimen, pero se distinguir una bella melodía con solo oírla.
De repente se detuvo. Yo, veloz, di un paso al costado para quedar completamente cubierto por una columna.
Una sombra masculina se acercaba a ella, mientras en sus ojos se reflejaba el asco y el temor, como si esa persona fuera alguien que la acosaba.
Un hombre de contextura robusta pero pequeño de altura la tomó fuertemente con una mano de mejilla a mejilla obligándola a besarlo. Ella se resistió hasta que no pudo mas. Un alarido proveniente del desconocido me trepanó los tímpanos. Sangre chorreaba de su labio; ¡ella lo había mordido como último recurso para alejarlo!
El abusador dio un paso hacia atrás. Tomándose con una mano la boca, le propinó una bofetada a la joven. Yo no podía contener mi furia, era digno de un cobarde golpear a una dama.
Salí de mi escondrijo de un salto. Empuñé mi arma y dije triunfante:
-¡Déjala! ¿A caso no notas que no te soporta? ¡Vamos, aléjate o me veré obligado a matarte por cobarde!-
Sonrió por lo bajo, levantó la cabeza y gritó a voces
-¡Guardias!-
Era momento de acelerar los planes. Tomé a la jovencita de la muñeca y corrí bajando a saltos los escalones.
Al bajar corriendo, mis compañeros captaron que algo andaba mal.
Tiraron sus capas, desenvainaron sus armas y trabaron todas las salidas.
Situando a la muchacha detrás de mí para protegerla, exclamé
-Nobles, burgueses y de más. Somos el ejército Thronphoniano y declaramos esta ciudad bajo nuestro mandato.- Hice una pausa para mirar a mi alrededor y proseguí –Todo aquel que se rehúse a seguir cualquiera de nuestras órdenes se quemará junto con el templo y los cuarteles.-
Sentí que una flecha había atravesado mi armadura, mi ropaje y mi corazón.
Me desplomé al suelo, cerré los ojos y, cuando estaba a punto de morir… Desperté
Todo había resultado ser un sueño.
Esa misma tarde partimos hacia Jhgu-Klophen, la capital del imperio Rakadí.”
-Que extraño. Mira Ronald, parece que alguien quiso evitar que se leyera una parte específica de esta memoria.-
-Creo que devela un “secreto divino”.-
Memoria II: Ghnser Mc Ferghen
...” A la mitad del canal oscuro nos topamos con una inmensa criatura. Sus ojos reflejaban los fuegos del averno, su piel escamosa dura cual hierro refulgía bajo el sol, su aliento olía a un cementerio de orcos de las praderas y sus dientes tenían el tamaño de una embarcación pequeña. Era Dyftragön, el guardián de las puertas del Xipôrán (el templo de juicios de los Dioses, donde se disputaban las acciones a tomar sobre los humanos).
Como todo marino del canal sabe, la única forma de pasar al guardián era atravesando su cráneo con la espada de Mÿnerlo, la cual se encontraba clavada en la cima de un monte a 2.000 millas del lugar donde nos encontrábamos.
Por la velocidad que posee Dyftragön no se podía rodearlo y por lo astuto que era, tampoco se lo podía engañar.
Decidimos ir en busca de la espada.
Navegamos durante días, semanas, meses. La tripulación estaba completamente desmoralizada y sin incentivos a seguir.
Decidimos acudir a los dioses. Preparamos un tributo al oráculo Arutnevä y a la media noche lo pusimos en marcha – tal como nos habían enseñado-.
Transcurridas unas horas, apareció un extraño fuego azul. A pesar de emanar calor no quemaba la nave. Las llamas se difumaron en minutos dejando al descubierto a un anciano con túnica y capucha hasta la nariz.
Con vos titubeante dijo –“Yo el futuro he venido a vaticinar. Pero para esto lograr un enigma milenario de forma correcta han de contestar. Si su respuesta es errada su vida he de cobrar”-.
Impaciente le dije –Divino Arutnevä, te hemos invocado para que nos digas por que motivo no llegamos a la isla de Mÿnerlo. Hace casi un año que estamos navegando y aún no completamos las 2.000 millas-
Con un ademán de que nos acerquemos, susurró –“¿Que es aquello que representa el conjunto de miedos ocultos en todos los humanos? Respondan de forma correcta, ya conocen el trato”-. “…
-Veamos, veamos, veamos. “Fgthir Catdnab Fj-Yaxir y Fgthir Jhelg Gh-Lëfhe, exploradores de los desiertos”. Parece que los Fgthires eran los actuales príncipes y reyes árabes.
Memoria III: Fthir Catdnab Fj-Yaxir y Fthir Jhelg Gh-Lëfhe
“Emprendimos nuestro viaje hacia el reino aliado de Yank Jashur en busca de una reliquia para nuestro templo.
Cargamos nuestros camellos, afilamos nuestras espadas, preparamos nuestras flechas y tensamos nuestros arcos con la velocidad de días de expectativas de aventura acumulan.
Días pasamos a cuestas de nuestros camellos bajo el ardiente sol del desierto.
Sedientos y cansados, en nuestro día de expedición número 127, cambiamos los planes para encontrar rápidamente un oasis para cargar nuestros cuernos con agua y descansar bajo algo de sombra.
Una semana mas tarde, divisamos unos manchones verdes en la lejanía. Incentivados por la emoción, llegamos al oasis en pocas horas.
Estábamos montando nuestras tiendas cuando una sombra flotante con ojos rojos rodeó nuestros camellos haciéndolos desaparecer.
Esta se detuvo a centímetros de mi nariz y dijo con una vos tenebrosa –“Han pisado tierra que no les corresponde. Han usurpado las reservas divinas de agua y alimentos para satisfacer sus deseos. Una maldición va a caer sobre ustedes si no se marchan caminando de este sitio antes del amanecer del tercer día”-.
Para nuestro espanto, el entorno desértico se esfumó para transformarse en costas.
Estábamos en un pequeño manchón de tierra en medio del mar. Jamás podríamos salir caminando de allí.
Resignados a afrontar nuestro castigo, nos dejamos estar.
A unas horas de completarse la profecía, divisamos un navío de velas blancas destrozadas, como si hubiera emergido del fondo del mar. En proa tenía una estatua del dios de los mares Deth Suthia, famoso por sus castigos y su tiranía.
La sombra hizo su reaparición exclamando –“Alguien ha saldado su deuda, han quedado en libertad”-. "
Espero que les guste.
A este tipo de narración se le llama "Narraciones enmarcadas".
Consisten en narraciones dentro de otras.
En este caso, son las memorias de 4 emperadores de diferentes partes del mundo, contadas por Ronald y France, unos arqueólogos del siglo XIX
Saludos
Nanshe
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Re: Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus
Lun 05 Jul 2010, 00:22
Muy buenas!
- InvitadoInvitado
Re: Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus
Lun 05 Jul 2010, 19:37
Están buenas, pero me mate leyendo :S
- EurocaseNivel 8
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Re: Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus
Lun 05 Jul 2010, 21:40
Me gusto, y me quede re enfocada en la historia.. jaja, muy buena!!!
Mi puntuacion: 8 (Ocho)
Atte: Eurocase
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Re: Memorias perdidas titánicas, por el escriba Nórdico Nethmlem Therus
Miér 14 Jul 2010, 17:14
Muy buena la historia aunque...
No la lei xD
Un 9.50-
No la lei xD
Un 9.50-
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