Moen, el guerrero ancestral. 11lu0bm
Moen, el guerrero ancestral. NOVATO

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Moen
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Moen, el guerrero ancestral. Empty Moen, el guerrero ancestral.

Sáb 23 Oct 2010, 22:59
Ví que la historia ya no estaba, asíque la reposteo caballeros.

Capitulo uno.
La misión
.
Sentado en mi sillón marrón, tapizado con piel de oso, recordaba como comencé a pulirme en el arte de la espada. Con enanos amigos de la zona, nos juntábamos en un bosque cercano a jugar a los guerreros, pequeños e ilusos niños, ja...
Fumando mi mejor pipa, con tabaco de mi granja, no puedo evitar recordar, como emprendimos viaje con mis seis compañeros, todos enanos del norte del continente, los mas fuerte en su clase, ningún alto se atrevía a dirigirnos la palabra si nosotros no se la dirigíamos a el.
Que épocas... ahora, con mis ciento treinta y seis años, mi larga y gruesa barba, comienza a tomar color blanco, sin dudas marca de sabiduría, marca de experiencia.
No sé si tengo mucho por delante, no sé que es lo que vendrá en el futuro, el rey de Tirnikhatos me ha pedido una última misión para poder descansar en paz, no puedo rehusarme pues va en contra de mis principios, se ha comunicado conmigo por vía de un mediano, que con miedo en los ojos, me dijo que el Demonio estaba armando un ejército con criaturas feroces y malignas, que ningún ojo enano ha podido captar. Hoy, luego de haber colgado mi hacha sobre la chimenea pienso, ¿Acaso es momento de volver? ¿Acaso mi dios me necesita? No soy quién para cuestionarle, oh dios, espero que estés conmigo cuando deba recorrer los largos y espesos caminos de la batalla.
A pesar que mis hijos no estén aquí conmigo, me entenderán, siempre supieron que su padre era un loco, y que no podía rechazar cuando del mal se trataba.

Capítulo dos
El partir.
El sol nació nuevamente, los pájaros cantan cercanos a mis oídos creando melodías soñadas, el esplendor de un nuevo día comienza. Es momento de dejar lo que alguna vez construí, no se si volveré a ver este lugar, pero sé que momentos buenos vendrán, como algunos no tan buenos, por eso, descolgaré mi hacha para enfrentarlos con la frente en alto, y con una mirada atroz, voy a avisar que ha llegado Moen, el guerrero ancestral.
Entrando en la habitación mas pequeña de mi casa, donde se encontraba mi armadura, miré con cariño aquella vieja vestimenta de guerrero, estaba completa, no le faltaba nada…acomodé el *barbote, coloqué los *quijotes como corresponde, lustré el *peto, acomodé mis *guanteletes, y saqué brillo a mis *codales, mi armadura estaba lista.
Fui a la chimenea, tomé mi hacha, que fue hecha por el mejor herrero de metales preciosos del continente, al que todavía le debo una visita, pero bueno, ese es otro tema.
Tomé la daga de mis antepasados, la cual, había estado en manos de mi padre, abuelo, y tatarabuelo, todos enanos de largas y bellas barbas, que aún se los recuerda en las tabernas de la ciudad.
Fui a mi almacén y tomé raciones de bizcochos para 15 días, bastante cantidad de cerveza enana, y me acerqué a la mesa dejando una nota en un papiro: Volveré. No teman por mi Lohem y Nhirio, estarán bien.
Así, me acerqué a la puerta y salí, sin mas que decir, tomé el camino mas rápido para dirigirme al la Morada Real.
*Barbote: Con el barbote protegían la zona de las mandíbulas y la boca.
*Quijotes: Los quijotes servían para proteger al caballero la zona de los muslos.
*Peto: Los petos fueron adaptándose y se fueron realizando más cortos para que el caballero tuviera mayor movilidad en la zona del pecho.
*Guanteletes: Los guanteletes se realizaban cada vez más cómodos para el caballero, la zona de los dedos eran incluso articulada.
*Codales: Las armaduras se fueron perfeccionando con el uso de piezas específicas, por ejemplo los codales, para la protección de los codos.


Capitulo tres.
El viaje.
Muy apurado estaba para llegar a destino, el Rey no puede esperar. Comerciantes y no comerciantes me observaban tan apurado, que se miraban entre sí, sabiendo que tengo cierta reputación. Llegué a la puerta levadiza, había dos guardias con sus lanzas protegiendo la misma.
-Caballeros, soy Moen, dejadme pasar, debo hablar con el rey.
-OH, Mi lord, adelante, el rey está esperándolo.
Movieron sus armas a un costado y con un gesto de respeto se movieron. Entré y había doncellas de una raza de altos, eran Elfos, que con una mirada de esperanza apreciaron mi presencia y observaron mi armadura de pies a cabeza.
-El es Moen, guerrero ancestral de nuestra ciudad, Tirnikhatos, doncellas…
-Es un placer conocerlo Sir Moen, tengo entendido que sabe porqué está aquí…
-Si, el rey ha enviado un súbdito comentándome el porqué de su llamado.
-Que bien, eso ahorrará un tiempo, adentro están los demás caballeros, vé no pierdas tiempo.
-Así será, señoritas.
Con un gesto de caballerosidad, sin mas preámbulos, moví mi cabeza hacia abajo y me retiré de la sala entrando en la contigua.
En dicha sala, estaba el Rey de Tirnikhatos, un enano robusto, repleto de anillos de oro y con un gesto en la cara de preocupación, se encontraba sentado en su trono con su daga de empuñadura de rubí en la mano, marcando la mesa del salón en demostración de algo.
También había dos personas mas, las cuales no conocía pero supuse que no eran dos soldados rasos.
Rey: ¡Moen! Le presento a Kithrel, el mejor pícaro mediano de todo el continente.
Kithrel: Un placer Moen, he escuchado infinitas historias sobre ti.
Moen: Un placer Kithrel...
Rey: También le presento a Wilwulf, un cazador elfo de gran precisión.
Wilwulf: Así que tu eres Moen, el guerrero ancestral…
Moen: Así es, un placer Wilwulf.
Rey: Bueno, dejemos de charla, pasemos a lo que interesa. Fueron convocados para una misión en común, tomar las riendas de esta misión, el cual no será fácil, lo acepto, pero no será mucho mas difícil que otras que han tenido, hay un barco esperándoles en el muelle al sur de aquí, pueden tomar lo que quieran de mi almacén, las puertas estarán abiertas para que puedan conseguir provisiones y demás.
Lo que deben hacer, es tomar un barco, e ir a la isla que ya ustedes saben…
Moen: ¿La isla de los sin almas?
Rey: Así es Moen, La isla de los sin Almas, ahí mismo, quién sabe lo que esconden en esa isla, deben entrar y tomar Los tres libros del Brujo Sombrío, para traerlos de regreso, sin esos libros, el demonio no será difícil de vencer, tendremos mas de la mitad de la batalla en nuestras manos, y con un poco de ayuda de los humanos, podemos acabar con las hordas del mal.
Wilwulf: No es mala idea, pero…
Moen: ¿Pero? En esta situación los peros no sirven de nada elfo, será mejor que zarpemos lo mas pronto posible, ¿cierto Kithrel?
Kithrel: Ya lo creo, estoy ansioso. Enormes tesoros deben estar guardados en la isla.
Moen: Ya lo creo pequeño, todos estamos muy ansiosos…
Rey: Muy bien caballeros, estas palabras son de despedida, espero verlos de regreso con esos antiguos libros, el futuro del continente está en sus manos.


Última edición por Moen el Sáb 23 Oct 2010, 23:07, editado 1 vez
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Moen, el guerrero ancestral. Empty Re: Moen, el guerrero ancestral.

Sáb 23 Oct 2010, 23:00

Capitulo cuatro.
¡Zarpamos!
Los tres hombres, siguieron camino al muelle de Tirnikhatos, en busca del barco que estaba esperándolos, de lejos se podía apreciar al mismo, era una navío no muy diferente a los demás, con tallados enanos en la proa, y en la vela, tenía el dibujo de un casco de fabricación enana, que se usaba hace muchísimos años por la milicia de la ciudad.
Debajo, sentado en el puente, había un enano al cual, le faltaba un brazo, que con el otro, sostenía su ginebra muy alegremente.
Capitán: Que los traaae por aquí señores, hip! (Moviendo la ginebra hacia todos lados)
Moen: Lo que faltaba, que nuestro guía esté borracho.
Wilwulf: Espero al menos pueda ponerse de pié…
Capitán: ¿Qué si puedo ponerme de pié? ¡HIP! Puedo pararme de manos si quisiera, HIP!.
Kithrel: No hace falta enano, solo llévanos hasta La isla de los sin Almas…
El capitán escupe su Ginebra con fuerza, y mira al enano de la armadura.
Capitán: ¿La isla de los sin almas?
Moen: ¿No le ha comentado el Rey?
Capitán: Si, pero me dijo que el viaje era a Nhiteloriel, la ciudad de los elfos, ¡hip!
Wilwulf: Creo que no fue demasiado sincero…
Moen: Capitán debemos zarpar ahora mismo, el tiempo nos juega en contra.
Capitán: Muy bien, espero que podáis defenderme si algo sucede, en mi barco hay suficientes provisiones y ginebra…ginebra…
Kithrel: Andando.
Subieron al barco, los desamarraron y subieron el ancla, era momento de partir.
Kithrel, observaba a su alrededor, un hermoso día para navegar, mirando su daga, y puliéndola, tarareando una melodía y tratando de ver mas allá que cualquiera,
Wilwulf, un poco mareado por el barco, no estaba muy acostumbrado a navegar, un hombre de bosques, no tenía que hacer un elfo en altamar…
Moen, tirado en el camarote, pensando y pensando, que se encontrará en la isla, ¿será una tarea fácil? ¿Volveremos empuñando nuestras armas aún? Son preguntas que atormentaban la estadía de Moen en el navío.

Capítulo cinco.
El Trayecto.

El mar estaba calmo, peces de colores revoloteaban por el agua sin más. El sol brillaba fuerte aún, a pesar de que el elfo estaba devolviendo su desayuno al mar, el capitán ya estaba mucho mejor en cuanto a su borrachera, lo que alegró a Moen y a Kithrel.
Luego de lanzar toda su comida, Wilwulf, tomó un gran trago con agua para limpiar su boca, el capitán miro al elfo con una disimulada risa que, el pícaro notó y dijo.
-Oye, tu, borrachín, si fueras tan alto como el, estarías en su misma situación, menos burla y mira hacia delante.
Capitán: Uhhh, parece que el mediano tiene garras hahaha…
Moen: Cerraos el pico, aquí somos todos compañeros.
El elfo miro agradecidamente a Moen.
Luego de un largo rato, la noche había arropado a los guerreros, un manto de estrellas en lo mas alto de la imaginación, formaba figuras y destellos, que guiaban a los mismos.
Todos estaban durmiendo, menos Kithrel, que despertó por un zumbido no muy agradable. Salió del camarote, y se encontró con tres Estirges, criaturas voladoras con un pico en forma de aguijón, sin pensarlo se lanzaron encima del pícaro, el cual fue astuto y cerró la puerta del camarote antes que pudieran alcanzarlo.
Kithrel: ¡Moen, wilwulf, tenemos visitas!
Wilwulf: ¿Qué, que qué pasa?
Moen: ¿Visitas? ¡Tomen sus armas!
El capitán se metió debajo de unas frazadas muerto de miedo, los guerreros se pusieron en formación, con el elfo detrás de todo apuntando a la puerta con su arco, Moen delante, con su hacha esperando que se asomen, y el pícaro a un costado para tomarlos por sorpresa.
La puerta se rompe, quedan al descubierto, el enano sale con furia llevando su hacha a la cabeza de uno de los Estirges, provocándole la muerte instantánea, el segundo Estirge intenta golpearlo pero la armadura del enano es mas fuerte, no logra atravesarla, en el mismo instante la flecha perfectamente dirigida entra en el ojo izquierdo de la segunda criatura, dejándola fuera de combate, a lo que entra el pícaro e inserta su daga en la misma criatura provocándole la muerte, solo quedaba uno de ellos, pero el mediano lo tomó por detrás clavándole el puñal en la espalda, el grito de la criatura estremeció las aguas.
Capitán: ¡¿Que fue eso?!
Moen: Estirges, son criaturas que sobrevuelan el mar cerca de los pedazos de tierra, se alimentan de delfines, tiburones y todo lo que tenga carne.
Luego de la pelea, decidieron tomar algo para calmar la tensión, un poco de cerveza enana para el mediano, un poco para el enano, el elfo no quiso tomar nada, mientras que el capitán se bebió unos buenos tragos de su ginebra favorita.

Capitulo seis.
La llegada.
El capitán mirando hacia delante, divisó un enorme montículo de tierra, avisó a los demás. Habían llegado a la isla.
Era momento de prepararse, lo peor estaba ahí dentro, quién sabe que criaturas y almas malignas estaban acechando las puertas, dejando afuera a todo ajeno al demonio.
Encontraron un lugar donde había altos árboles, que fue donde amarraron el barco, bajaron anclas, seguida de ellos, el capitán dijo.
Capitán: Los esperaré aquí en el barco, tomando mi ginebra, espero vuelvan pronto.
Moen: Lo intentaremos, igual, toma esta espada, te servirá si hay problemas.
Comenzaron a caminar los tres guerreros, y encontraron la puerta principal, todo parecía muy calmo a pesar del frío que se sentía en el ambiente, entraron muy despacio, sin hacer ruido, mirando donde pisaban.
La estructura del lugar, era rocosa y se podían apreciar distintas marcas en las paredes en idiomas que el enano, el elfo, y el mediano no conocían.
Se creía que los grabados contaban historias de dragones...

Capitulo siete.
El encuentro.
Caminando hacia delante, y sin mirar atrás, llegaron a un lugar donde había una fuente con tres gemas, una era de color azul, otra era de color verde, y la última era color blanca.
El elfo asombrado por el brillo de las mismas, dijo.
Wilwulf: Esto es una especie de acertijos…
Moen: ¿En verdad? ¿Y que debemos hacer?
Wilwulf: Elijan un color…
Kithrel:¡Comenzamos con la azul!
El elfo, tomó la gema azul, y todo se volvió oscuro de repente, estuvieron unos segundos con la visión bloqueada por la oscuridad, y de repente, la luz volvió.
Moen: ¿Qué pasó?
Wilwulf: Miren hacia allá…
Era un dragón azul, que acostado sobre el suelo, que estaba cubierto de piedras preciosas y armas, custodiaba un pilar grabado con detalles en oro y plata…
Moen: Es el dragón azul… debemos enfrentarlo.
Kithrel: ¿Estás loco? ¡Jamás venceremos a un dragón azul!
Wilwulf: ¿No será el primero que combatamos, cierto Moen?
Moen: Así es, no es el primer dragón que veo en mi larga vida.
Se acercaron al dragón que se levantó de su descanso, y los miró fijamente.
Dragón: ¿Quién osa a entrar en la caverna de un dragón azul?
Moen: Moen, guerrero ancestral, Wilwulf, arquero del reino, Kithrel, ladrón de la cofradía de Cinco Dedos.
Dragón: Un placer caballeros, ahora tengo una pregunta para ustedes, ¿no se atreverán a enfrentarme cierto?
Moen: Venimos en busca del libro que custodias, deberás dárnoslo por las buenas, o probarás el sabor de mi hacha.
Dragón: No es manera de dirigirse a un dragón de mi clase, solo por eso los volveré cenizas para mis tesoros.
El dragón se levantó, y lanzó un golpe al enano, el cual fue despedido unos metros.
Wilwulf, al instante, corre hacia una esquina de la sala y comienza a lanzar de a tres flechas al dragón, apuntando con total eficacia.
Las flechas atravesaban la piel del dragón pero no parecían hacerle daño alguno.
Kithrel, minuciosamente se posó detrás del dragón y subió por su larga y ancha cola, para atacarlo directamente detrás de su cabeza, el dragón aleteó fuertemente y el mediano cayó rodando por el suelo de piedra.
El enano, se levantó con fuerza, e incrustó su hacha en el pecho del dragón que, con gran fuerza y dolor, soltó una ráfaga de fuego contra el mismo, quemando parte de su fabulosa barba.
Moen: ¡Mi barba, que has hecho maldito dragón, verás lo que un guerrero ancestral puede hacerle a un sangre fría como tu!
Con total odio, el enano, levanta su hacha nuevamente clavándola en su estómago.
En el mismo momento, el pícaro clavó su puñal en su ala derecha, lo cual dejó inmóvil por unos segundos al mismo.
Dragón: ¡No saldrán de aquí con vida, nadie ataca un dragón y vive para contarlo!
Wilwulf, toma una flecha envenenada, apunta a la frente del dragón y dispara.
Esta flecha fue la necesaria para acabar con la vida del escamoso dragón azul, que al caer retumbo en toda la construcción.
El enano, el elfo, y el mediano, se posaron delante del dragón para observarlo, aunque a decir verdad, observaron más los tesoros que custodiaba.
Moen: Acabamos con el dragón compañeros, es momento de tomar lo que puedan, yo cojeré el libro.
Tomaron algunas monedas de oro, piedras preciosas y finalmente, el dichoso libro.
Solo quedaban dos por tomar pero no sería fácil…
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Sáb 23 Oct 2010, 23:05

Capitulo ocho.
Narmeân, el dragón solitario.
Quisieron salir de la sala, pero la oscuridad los atrapó nuevamente, unos segundos mas tarde, estaban donde la fuente. Se preguntaron el porqué, pero no mas que eso…
Elige tu enano, dijo el elfo, a lo que Moen respondió con la cabeza en dirección a la gema Blanca. Wilwulf, tomó la gema blanca, y de nuevo en la oscuridad, varados por unos segundos, aparecieron en una construcción similar a la del dragón anterior, solo que con más tesoros. Había un dragón enorme, era color blanco, y una mirada de serenidad absoluta era la del dragón.
Dragón: Bienvenidos forasteros, mi nombre es Narmeân, soy el dragón blanco, vivo aquí hace cuatro mil años. ¿Qué los trae por estas tierras solitarias?
Moen: Somos enviados del Rey de Tirnikhatos, venimos en busca de los libros del Brujo Sombrío…
Dragón: Já, estos libros no traen mas que problemas… verán… hace tiempo toda mi raza de dragones blancos fue exterminada por la ambición del Demonio, el mismo, decía que los dragones blancos organizaban atacar su reino, puras patrañas, los dragones blancos somos solitarios, y no nos interesa la lucha, pues, somos demasiado fuertes…
Wilwulf: Ya lo creo, oh dragón.
Kithrel: ¿Como es que has llegado a custodiar uno de estos tres libros?
Dragón: Solo tuve la mala suerte de encontrar un lugar tranquilo como este, que sin darme cuenta, era donde estaban dichos libros. Tengo entendido que hay mas dragones por esta zona, hace unos largos años, luché con el dragón azul por la estadía en estas cavernas, tuve la piedad de no matarlo, por respeto entre dragones, aunque en verdad, preferiría verlo muerto…
Moen: De hecho, el ya lo está…
Dragón: ¿Oh, en verdad? De ser así…
Kithrel: ¿De ser así…?
Dragón: Creo que no queda mas que decir, sin saberlo, me han hecho un favor, y yo haré algo similar, pueden tomar el libro sin problemas, no voy a hacerles daño.
Moen: ¿En verdad? ¿Con tanta facilidad?
Dragón: ¿Porqué no? Este libro solo ha traído problemas, vamos, tómenlo y váyanse…
Y así fue, tomaron el libro, retirándose con pocas palabras para decir, solo por la simplicidad del trabajo…
La espesa oscuridad brotó de la nada otra vez, y de nuevo, aparecieron en la sala con la fuente.
Moen: Bien, solo queda una…
Kithrel: Bien, es la última, tómala elfo…
Wilwulf: Bien.
El elfo tomó la última gema, y la oscuridad volvió a aparecer, comenzaron a ver nuevamente, y estaban en un salón muy similar a los anteriores, solamente que en este, había un trono de madera muy antiguo supuestamente.
Una voz antigua y sabia se escucha en el lugar…Soy el Mago Espectral, intrusos, vuelvan por donde vinieron o sufrirán las consecuencias de enfrentarme.
Un mago, de cabellera larga y blanca, con un atuendo color verde oscuro, y una mirada maligna, estaba de espaldas a los nobles guerreros.
Moen: ¿Quién eres tu?, morirás solo por interponerte en nuestro camino.
Mago: Moen, que gusto tenerte aquí…
Moen: ¡Como sabes mi nombre!
Mago: Yo todo lo sé, y seguramente ustedes dos deben ser Wilwulf y Kithrel, pués no serán rivales para mi.
Wilwulf: ¡Morirás solo por haber pronunciado nuestro nombre en vano!
Kithrel lanza una daga arrojadiza directo al cuello de el Mago Espectral, pero el mismo la esquiva sin problemas…
Moen comienza a correr hacia delante para atacar, al mismo tiempo que Wilwulf toma tres flechas y apunta al mago, disparando e hiriendo su hombro hábil.
El enano, lanza un terrible hachazo que roza el abdomen del mago.
Mago: ¡Agggg…sus armas no sirven de nada aquí!
El mago lanza una bola de fuego que va directo al mediano, provocándole quemaduras graves y dejándolo incapacitado para luchar. Al grito de ¡Morirás! Moen toma su hacha con fuerza, y la lanza nuevamente contra el mago, golpeando en el hombre izquierdo, casi inmóvil, el mago se vuelve invisible.
Wilwulf: ¿!Donde ha ido!?
Moen: No sé, voy a ayudar a Kithrel, está muy herido.
-¿Puedes caminar?
-No lo creo enano… agggg… me quema por dentro…
El cazador apuntando a todo lo que ve, escucha atentamente y lanza una flecha al aire, increíblemente golpea al mago que estaba invisible intentando escapar, y lo deja rendido en el suelo.
El enano se acerca y grita ¡Por Tirnikhatos! Y lo acaba con un hachazo final, que dejó rodando su cabeza en la roca…
Wilwulf: ¡Tomaré el libro, tu carga al mediano!
Tomaron el libro y con el mediano en brazos de Moen, volvieron corriendo a la habitación de la fuente, desde ahí salieron a las afueras de la caverna.
La suerte había cambiado, todo iba bien, aunque el mediano tenía heridas internas, estaban yendo hacia el barco, de lejos se veía al capitán tomando de una botella, pero no todo era como parecía, decenas de orcos salieron de entre las arboledas y comenzaron a correr a los tres héroes.
Wilwulf: ¡Capitán desamarre el barco y partamos, rápido, nos siguen!
Capitán: ¡Oh no, ahí vienen!
El trayecto no era muy largo, pero los orcos corrían sin piedad para atrapar a los intrusos que habían tomado los libros sagrados, flechas con fuego y hachas caían en los talones de los guerreros que corrían como nunca, llegaron al barco y zarparon, los orcos se lanzaban al agua sin miedo para nadar y poder atraparlos, aunque fue en vano…
Llegaron a la ciudad, dejaron al capitán en el muelle, le dieron una buena cantidad de monedas de oro por el servicio, y tomaron camino a la Morada Real de Tirnikhatos…
Guardias: ¡Los guerreros, han vuelto mi lord!
El rey salió a recibirlos con los brazos abiertos, inmediatamente llamaron al clérigo de la ciudad para sanar Kithrel. Con una sonrisa de lado a lado, habían cumplido con su deber, habían luchado contra el dragón azul de las cavernas, y contra el gran Mago Espectral, habían lidiado con el dragón mas fuerte sobre la tierra en el momento y a todo eso, salieron con vida.
El rey recompensó a cada guerrero, con honor, y la memoria en todos los ciudadanos del continente. Al mediano, le obsequió una daga hecha por los herreros que hicieron las armaduras ancestrales, en épocas antiguas…
Al elfo, le regaló un arco de perlas y rubíes con tallados élficos, y al enano, una armadura de placas de oro y plata, que tiene una capa con un águila color dorada.
Es el día de hoy que se los recuerda a estos nobles guerreros, por su audacia y valor, al enfrentar las fuerzas del mal, para
Todavía se escuchan canciones sobre los tres héroes en las tabernas de todo el continente.

f!to

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Moen, el guerrero ancestral. Empty Re: Moen, el guerrero ancestral.

Dom 24 Oct 2010, 11:46
Dios mio, me re copé, seguila!!
Subilas todas a un archivo world. =)
Buenisimo Moen!!
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Moen, el guerrero ancestral. Empty Re: Moen, el guerrero ancestral.

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