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- RosenrotNivel 7
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Bueno, después de un rato largo, les traje la tercera parte de 'PARSYK'. En esta oportunidad les dejo la tercer parte pero más corta, así no se aburren tanto leyendo.
Si no leiste la segunda parte (hacelo porque no vas a entender nada), acá les dejo el link. Comenten.
La cabeza rebotó contra el suelo. Un mareo enorme vino hacia el muchacho. Inmóvil en el suelo trataba levantarse, pero no podía. Temblando, Parsyk se sentó lentamente. Las frías baldosas del piso calmaban el dolor de sus piernas. Apoyado contra un muro, sacudía su cuerpo, esperando que reaccionara. Así pasó el tiempo el muchacho, apoyado contra el pilar, agradeciendo que el pasillo por donde cayó no era transitado, ya que estaba expuesto a cualquiera que pasara. El sol empezó a irse lentamente, dejando a aquel oscuro pasillo a las penumbras de la luna...
Parsyk se levantó exaltado, en un instante estuvo de pie y listo para salir a correr.
¿Qué pasó? - se preguntaba - ¿Me habré quedado dormido?
Efectivamente, el cansancio que tenía no lo dejó resistir y agotado se dio a los brazos de Morfeo por un largo rato. Una vez de pie, Parsyk se percató de que su cuerpo dolía, pero podía estar de pie; había recuperado el movimiento y la fuerza.
¡¿Qué habrá pasado con mi madre?!
La atenuante pregunta le golpeó la cabeza, desorientandolo. Con esta idea en la cabeza, se dirigió al medio del pasillo, y empezó a caminar por el medio de la larga alfombra roja que se encontraba en el pasillo.
Parsyk tenía dos opciones, la ventana por la que había entrado o una puerta que lo llevaría a quien sabe donde. ¿Si he entrado por la ventana, para qué saldré por allí? A medida que el muchacho se acercaba a la puerta se escuchaban murmullos cada vez más fuertes... ¿Qué será eso? se preguntaba. De pronto, un silencio total se apoderó del castillo; los pájaros dejaron de piar, los murmullos cesaron, la respiración de Parsyk dejó de escucharse... Era algo muy extraño.
A punto de girar el picaporte de aquellas puertas se escuchó un grito proveniente de detrás de las puertas:
-¡¿Dónde está?!
-¿Quién señor?
Rapidamente soltó el picaporte, detrás había gente, si abría la puerta revelaría su posición. Escuchó unos pasos que se acercaban, y cuando estaban frente a la puerta cesaron. Parsyk velozmente corrió a esconderse detrás del gran pilar. Esperó en silencio. Esperó pero nadie abrió aquella puerta. Decidido a salir de allí en busca de su madre, pensó en salir por la ventana. Pisando los ladrillos sueltos de aquella pared, consiguió agarrarse del marco de la ventana para poder saltar hacia el otro lado. Esta vez, Parsyk, astuto e inteligente, cayó de pie, no iba a permitir que una caída de espaldas lo hiciera perder tiempo nuevamente.
Corrió rápido al rededor del castillo, buscando una ventana abierta para ver adentro, un grito, una señal; algo que demuestre donde estaba su madre. Una ventana a alta altura, abierta de par en par fue iluminada por el aura de aquella bella luna, la cual se estaba despidiendo de la noche, para darle lugar al sol. A pesar de que la ventana no estaba tan baja como la anterior, Parsyk debía subir por ella. No habían ladrillos salidos, la superficie de aquella pared era lisa como el filo de una espada, no tenia manera de subir. Pero, vio algo que lo ayudaría, un árbol, un verde manzano. Sus ramas se apoyaban en aquella pared, muy cerca de la ventana. El muchacho, muy capaz, subió por el tronco del árbol hasta llegar a la rama más cercana al muro.
Crij... ¡CRAC! Las ramas del manzano se rompieron, pero Parsyk, logró tomar el borde de la ventana, quedando colgado en aquel muro, a gran altura del verde césped. Tambaleándose de un lado a otro, tomó impulso para apoyar un pie sobre el marco de la ventana y luego subir a la misma.
Una vez sobre aquel inalcanzable sitio, el muchacho vio lo que esperaba, una pista, una señal... Vio un guardia del rey salir de una puerta; pero no era una puerta cualquiera, era la entrada a las mazmorras, donde seguro estaría Gresyk.
Si no leiste la segunda parte (hacelo porque no vas a entender nada), acá les dejo el link. Comenten.
La cabeza rebotó contra el suelo. Un mareo enorme vino hacia el muchacho. Inmóvil en el suelo trataba levantarse, pero no podía. Temblando, Parsyk se sentó lentamente. Las frías baldosas del piso calmaban el dolor de sus piernas. Apoyado contra un muro, sacudía su cuerpo, esperando que reaccionara. Así pasó el tiempo el muchacho, apoyado contra el pilar, agradeciendo que el pasillo por donde cayó no era transitado, ya que estaba expuesto a cualquiera que pasara. El sol empezó a irse lentamente, dejando a aquel oscuro pasillo a las penumbras de la luna...
Parsyk se levantó exaltado, en un instante estuvo de pie y listo para salir a correr.
¿Qué pasó? - se preguntaba - ¿Me habré quedado dormido?
Efectivamente, el cansancio que tenía no lo dejó resistir y agotado se dio a los brazos de Morfeo por un largo rato. Una vez de pie, Parsyk se percató de que su cuerpo dolía, pero podía estar de pie; había recuperado el movimiento y la fuerza.
¡¿Qué habrá pasado con mi madre?!
La atenuante pregunta le golpeó la cabeza, desorientandolo. Con esta idea en la cabeza, se dirigió al medio del pasillo, y empezó a caminar por el medio de la larga alfombra roja que se encontraba en el pasillo.
Parsyk tenía dos opciones, la ventana por la que había entrado o una puerta que lo llevaría a quien sabe donde. ¿Si he entrado por la ventana, para qué saldré por allí? A medida que el muchacho se acercaba a la puerta se escuchaban murmullos cada vez más fuertes... ¿Qué será eso? se preguntaba. De pronto, un silencio total se apoderó del castillo; los pájaros dejaron de piar, los murmullos cesaron, la respiración de Parsyk dejó de escucharse... Era algo muy extraño.
A punto de girar el picaporte de aquellas puertas se escuchó un grito proveniente de detrás de las puertas:
-¡¿Dónde está?!
-¿Quién señor?
Rapidamente soltó el picaporte, detrás había gente, si abría la puerta revelaría su posición. Escuchó unos pasos que se acercaban, y cuando estaban frente a la puerta cesaron. Parsyk velozmente corrió a esconderse detrás del gran pilar. Esperó en silencio. Esperó pero nadie abrió aquella puerta. Decidido a salir de allí en busca de su madre, pensó en salir por la ventana. Pisando los ladrillos sueltos de aquella pared, consiguió agarrarse del marco de la ventana para poder saltar hacia el otro lado. Esta vez, Parsyk, astuto e inteligente, cayó de pie, no iba a permitir que una caída de espaldas lo hiciera perder tiempo nuevamente.
Corrió rápido al rededor del castillo, buscando una ventana abierta para ver adentro, un grito, una señal; algo que demuestre donde estaba su madre. Una ventana a alta altura, abierta de par en par fue iluminada por el aura de aquella bella luna, la cual se estaba despidiendo de la noche, para darle lugar al sol. A pesar de que la ventana no estaba tan baja como la anterior, Parsyk debía subir por ella. No habían ladrillos salidos, la superficie de aquella pared era lisa como el filo de una espada, no tenia manera de subir. Pero, vio algo que lo ayudaría, un árbol, un verde manzano. Sus ramas se apoyaban en aquella pared, muy cerca de la ventana. El muchacho, muy capaz, subió por el tronco del árbol hasta llegar a la rama más cercana al muro.
Crij... ¡CRAC! Las ramas del manzano se rompieron, pero Parsyk, logró tomar el borde de la ventana, quedando colgado en aquel muro, a gran altura del verde césped. Tambaleándose de un lado a otro, tomó impulso para apoyar un pie sobre el marco de la ventana y luego subir a la misma.
Una vez sobre aquel inalcanzable sitio, el muchacho vio lo que esperaba, una pista, una señal... Vio un guardia del rey salir de una puerta; pero no era una puerta cualquiera, era la entrada a las mazmorras, donde seguro estaría Gresyk.
- JuannnciNivel 0
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Localización : Temperley~
Muy buena y bien elaborada, seguí así
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