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Leyendas. La batalla de Esperanza
Vie 03 Dic 2010, 10:52
Por las extensas Tierras del Fénix, corrían rumores de que el Rey se había juntado con sus vasallos más cercanos para tomar una decisión acerca del futuro de su Ejército. Luego de varios días de debatir sobre este tema el Vocero Real dio a conocer que, tras haber logrado la victoria entre Nix y Arghal, el Rey estaba muy seguro de que su Ejército era superior a las hordas de Lord Thek.
Es por ello que tomó la decisión de desmontar el campamento Real de las islas meridionales de Lindos, ya que no eran de tanta importancia y se necesitaba la mayor cantidad de soldados posible para conquistar todas las Tierras del Fénix y al fin lograr la paz que tras tantos tiempos de guerra anhelaban.
Para facilitar el entrenamiento militar de sus seguidores y mejorar sus habilidades, el Rey decidió tomar las islas que se encuentran al sur del mapa, más conocidas como las Islas de Nueva Esperanza, ya que la única ciudad de allí, hasta ese entonces totalmente neutral, la consideraba realmente importante. Además esto significaría un paso más en el conquistar total de las Tierras del Fénix. Las filas del Rey, muy contentas con dicha noticia, no dudaron en marchar hacia Esperanza para brindar sus servicios al Rey y traer buenos frutos en la pelea.
Al enterarse de esto, Lord Thek hizo hacer saber su furia, asegurando que no permitiría de ninguna forma la invasión a las Islas de Nueva Esperanza que el Rey planeaba. Es por eso que lo amenazó con terminar la paz que habitaba hasta el momento en la isla. Poseerla significaría controlar grandes áreas marítimas y por su extensión crear un dominio que seria protegido por Leviatanes y otras criaturas míticas.
Nunca antes visto en tal estado, Lord Thek preparaba una gran venganza con todos los integrantes de su oscuro ejército, asignándole la gran tarea al General Coonrack de preparar una misteriosa, audaz y maligna estrategia que azotase contra todas las Islas de Nueva Esperanza. Arghal, ardiendo en furia, se preparaba para la terrible venganza asegurando que correría sangre de los miembros de la Alianza por los mares del sur. Por su parte, el Rey de Banderbill preparaba a sus honorables combatientes para la defensa del territorio.
Llegado el momento de la guerra, los Reales, con mucha calma esperaban en el centro de la isla para defender su ciudad y acabar con los Caóticos. Escudos azules y grandes espadas de plata se preparaban para matar al enemigo, pero un fuerte cáncer rojo se sentía desde muy cerca, ya que el ejército Caótico estaba nada más que en la isla de Lindos, esperando el momento ideal para avanzar hacia el Sur y acabar con estas almas y al fin tomar venganza.
Al llegar a la isla más grande de Nueva Esperanza, se movilizaron por el oeste dirigidos por el General Coonrack, para terminar con toda alma azul que se cruzara en su camino. Con grandes arqueros disparando desde el fondo de los batallones y una poderosa infantería caótica adelante, los ejércitos del rey fueron superados por los invasores. De esa forma la primera batalla fue una victoria para el Señor de las Tinieblas, gracias a todos aquellos que dejaron su alma en aquella lejana isla.
Poco duró la paz, pues el Rey ya había ordenado un contra-ataque. Para ello designó al Comandante Desnear como regente un nuevo grupo de Reales para tomar y recuperar las Islas de Nueva Esperanza. Las filas Reales eran más de las que los caóticos esperaban, como si ningún soldado hubiese muerto en el primer enfrentamiento. Lo miembros de la Alianza estaban dispuestos a dar la vida para controlar esta importante isla.
Sufridas largas horas de pelea, ninguna facción conseguía dominar a la otra y así lograr, de una vez por todas, la victoria. Sorpresivamente, el General Coonrack cambiando su estrategia se retiró de la guerra y levantó un campamento caótico lejos de donde se llevaban a cabo los enfrentamientos.
Finalmente, el Comandante Desnear le propuso al General Coonrack evitar las peleas dentro de las ciudades, y terminar la batalla en el descampado, donde solo estaría un bando contra el otro.
Una vez más se dio la batalla entre ambas facciones, pero esta vez al Sur de la ciudad real, en donde cansados de pelear, cada ejército se retiró a su campamento para que la paz vuelva a la isla y quede todo en su normalidad. O al menos eso parecía en aquel momento.
La batalla dejó un resultado inesperado en las Tierras. El Rey pudo cumplir con su cometido, quedándose con el dominio de la vieja Ciudad de las Islas de Nueva Esperanza. Por otro lado, los Caóticos, con sabor a victoria, comenzaron con la construcción de una nueva ciudad dentro de la misma isla, base para futuros ataques. El futuro era claro: ambos bandos continuarían luchando por el control de la región.
Los ríos habían lavado la sangre, el viento ya se había llevado la putrefacción del aire, los pobladores se habían encargado de recoger los restos de armaduras y escudos. Ya todo parecía haber vuelto a la normalidad. Solo quedaba el recuerdo de lo que esta guerra fue, cuyo dolor se verá inmortalizado en cada cicatriz.
Los pobladores de las Tierras del Fénix estaban expectantes, ansiosos y quizás con miedo. Había una pregunta en la que nadie podía evitar pensar: ¿Cuándo y dónde sería la siguiente batalla?
Es por ello que tomó la decisión de desmontar el campamento Real de las islas meridionales de Lindos, ya que no eran de tanta importancia y se necesitaba la mayor cantidad de soldados posible para conquistar todas las Tierras del Fénix y al fin lograr la paz que tras tantos tiempos de guerra anhelaban.
Para facilitar el entrenamiento militar de sus seguidores y mejorar sus habilidades, el Rey decidió tomar las islas que se encuentran al sur del mapa, más conocidas como las Islas de Nueva Esperanza, ya que la única ciudad de allí, hasta ese entonces totalmente neutral, la consideraba realmente importante. Además esto significaría un paso más en el conquistar total de las Tierras del Fénix. Las filas del Rey, muy contentas con dicha noticia, no dudaron en marchar hacia Esperanza para brindar sus servicios al Rey y traer buenos frutos en la pelea.
Al enterarse de esto, Lord Thek hizo hacer saber su furia, asegurando que no permitiría de ninguna forma la invasión a las Islas de Nueva Esperanza que el Rey planeaba. Es por eso que lo amenazó con terminar la paz que habitaba hasta el momento en la isla. Poseerla significaría controlar grandes áreas marítimas y por su extensión crear un dominio que seria protegido por Leviatanes y otras criaturas míticas.
Nunca antes visto en tal estado, Lord Thek preparaba una gran venganza con todos los integrantes de su oscuro ejército, asignándole la gran tarea al General Coonrack de preparar una misteriosa, audaz y maligna estrategia que azotase contra todas las Islas de Nueva Esperanza. Arghal, ardiendo en furia, se preparaba para la terrible venganza asegurando que correría sangre de los miembros de la Alianza por los mares del sur. Por su parte, el Rey de Banderbill preparaba a sus honorables combatientes para la defensa del territorio.
Llegado el momento de la guerra, los Reales, con mucha calma esperaban en el centro de la isla para defender su ciudad y acabar con los Caóticos. Escudos azules y grandes espadas de plata se preparaban para matar al enemigo, pero un fuerte cáncer rojo se sentía desde muy cerca, ya que el ejército Caótico estaba nada más que en la isla de Lindos, esperando el momento ideal para avanzar hacia el Sur y acabar con estas almas y al fin tomar venganza.
Al llegar a la isla más grande de Nueva Esperanza, se movilizaron por el oeste dirigidos por el General Coonrack, para terminar con toda alma azul que se cruzara en su camino. Con grandes arqueros disparando desde el fondo de los batallones y una poderosa infantería caótica adelante, los ejércitos del rey fueron superados por los invasores. De esa forma la primera batalla fue una victoria para el Señor de las Tinieblas, gracias a todos aquellos que dejaron su alma en aquella lejana isla.
Poco duró la paz, pues el Rey ya había ordenado un contra-ataque. Para ello designó al Comandante Desnear como regente un nuevo grupo de Reales para tomar y recuperar las Islas de Nueva Esperanza. Las filas Reales eran más de las que los caóticos esperaban, como si ningún soldado hubiese muerto en el primer enfrentamiento. Lo miembros de la Alianza estaban dispuestos a dar la vida para controlar esta importante isla.
Sufridas largas horas de pelea, ninguna facción conseguía dominar a la otra y así lograr, de una vez por todas, la victoria. Sorpresivamente, el General Coonrack cambiando su estrategia se retiró de la guerra y levantó un campamento caótico lejos de donde se llevaban a cabo los enfrentamientos.
Finalmente, el Comandante Desnear le propuso al General Coonrack evitar las peleas dentro de las ciudades, y terminar la batalla en el descampado, donde solo estaría un bando contra el otro.
Una vez más se dio la batalla entre ambas facciones, pero esta vez al Sur de la ciudad real, en donde cansados de pelear, cada ejército se retiró a su campamento para que la paz vuelva a la isla y quede todo en su normalidad. O al menos eso parecía en aquel momento.
La batalla dejó un resultado inesperado en las Tierras. El Rey pudo cumplir con su cometido, quedándose con el dominio de la vieja Ciudad de las Islas de Nueva Esperanza. Por otro lado, los Caóticos, con sabor a victoria, comenzaron con la construcción de una nueva ciudad dentro de la misma isla, base para futuros ataques. El futuro era claro: ambos bandos continuarían luchando por el control de la región.
Los ríos habían lavado la sangre, el viento ya se había llevado la putrefacción del aire, los pobladores se habían encargado de recoger los restos de armaduras y escudos. Ya todo parecía haber vuelto a la normalidad. Solo quedaba el recuerdo de lo que esta guerra fue, cuyo dolor se verá inmortalizado en cada cicatriz.
Los pobladores de las Tierras del Fénix estaban expectantes, ansiosos y quizás con miedo. Había una pregunta en la que nadie podía evitar pensar: ¿Cuándo y dónde sería la siguiente batalla?
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Re: Leyendas. La batalla de Esperanza
Dom 19 Dic 2010, 20:33
Fuente:
http://ao.3dgames.com.ar/Html/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=26
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