Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
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Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Vie 03 Dic 2010, 10:49
Largo tiempo había transcurrido desde que Lord Thek le arrebatara el poder a Sirius Manta Negra. Las peleas se llevaban a cabo por todo el continente, inclusive en aquellas lejanas islas. Los caóticos se empeñaban en sembrar el terror por las ciudades, mientras que los Reales intentaban acabar con esta constante amenaza.
Pero las cosas no siguieron tan monótonas como lo venían siendo. Se acercaba el mediodía y las historias de que Lord Thek había enfermado dejaron de ser rumores. Era real, el Maligno Señor de las Tinieblas estaba débil y cercano a la muerte. No había explicaciones para lo que ocurría. Su líder, la figura más fuerte de todo el Caos, llegaba al fin de su vida. Médicos, brujos, nadie podía encontrarle una solución a todo esto.
Pero una respuesta surgió, sin saber cuál fue la fuente del milagro llegó a oídos de las personas más cercanas a Lord Thek que alguien que podía ayudarlo. El habilidoso Alquimista Ronald Hutson. Pero las cosas no serían tan fáciles como los caóticos creían, ya que este famoso personaje se encontraba ni más y ni menos que en las mismísimas cárceles de la Capital Real, Banderbill, por alta traición. Lamentablemente para ellos, no quedaba otra opción más que irrumpir en la prisión y rescatarlo.
Sin embargo, nada de esto era noticia para los habitantes de Banderbill. Hacía tiempo que el Rey sospechaba de un ataque a las cárceles, ya que era uno de los pocos que sabía de la existencia de Ronald Hutson. Los mensajeros llegaban a las distintas ciudades reales con un claro mensaje: “Todo miembro de la Armada Real deberá acudir a la ciudad de Ullathorpe para marchar hacia las prisiones de la Capital Real”. Y así fue. Pasados los días la ciudad neutral comenzaba a tomar un color azulado. Poderosas figuras se formaban en el centro de la ciudad, algunos vistiendo relucientes armaduras y afiladas espadas, otros con sus imponentes báculos y algunos pocos con su carcaj lleno de flechas. Era claro, se acercaba una gran batalla.
Finalmente, llegó el día. Las fuerzas del Maligno Lord Thek emprendieron su camino. Llegando desde todas las direcciones tomaron la cárcel sin dificultad alguna. En cuestión de minutos Ronald Hutson era un hombre libre. Pero la historia no había terminado. Los ejércitos del Rey de Banderbill llegaban de a decenas a las puertas de la prisión, asestando golpes terribles contra sus enemigos. En cuestión de segundos se transformó en un verdadero campo de batalla. Cientos de personas luchaban entre sí, los más feroces hechizos volaban de lado a lado matando a todo aquel que se cruzaba. Los reales intentaban abrirse entre los caóticos para llegar al traicionero alquimista, pero no era tarea fácil. Los seguidores de Lord Thek contraatacaban, impidiendo el avance de los ejércitos del Rey de Banderbill. Pasados los minutos el campo de batalla se mostraba con decenas de muertos, y a un Ronald Hutson escapando hacia los bosques rodeado de fieles al Maligno Señor de las Tinieblas.
Las filas del Rey se reagrupaban. Tendrían solo una oportunidad más para interceptar y matar a Ronald Hutson. Nuevamente Ullathorpe fue el punto de encuentro. Los caídos eran socorridos y el ejército se re-armaba para una nueva batalla. Por otra parte el despiadado ejército de Lord Thek se reunía en los oscuros bosques. No tardaron en retomar la marcha para llegar lo antes posible a Arghal, la Capital del Mal. Pasando por las cercanías del Dungeon Marabel y bordeando Ullathorpe, las filas del Señor de las Tinieblas se vieron obligadas a frenar para descansar, y prepararse para el último tramo. Mientras tanto los Reales llevaban a cabo su último plan, y porqué no, su última esperanza para triunfar. Rápidamente abandonaron la ciudad donde se reunieron para tomar el puente que conecta al continente con Arghal. Allí se llevaría a cabo la última batalla. El ejército se dividió, algunos tomaron el puente, jurando defenderlo hasta la muerte. Otros se paraban más cercanos a los bosques, esperando aquél sonido que indicase que los Caóticos por fin se aproximaban.
Luego de un rápido descanso las hordas del mal se acercaban al puente, bordeando el desierto. Los gritos fueron inmediatos “¡Ahí está el alquimista!” “¡Por el Rey!”… y la batalla comenzó. Nuevamente volaban hechizos por lo alto, las flechas dejaban moribundos a muchos, y los más feroces guerreros avanzaban sin frenar para intentar liberar el puente. Parecía que habían pasado días desde que habían comenzado los enfrentamientos, pero tan solo habían trascurrido unos pocos minutos. Las formaciones se rompían y todo se redujo al esfuerzo personal de cada luchador. Ronald Hutson se acercaba a las puertas de Arghal. Los miembros de la Armada Real no iban a permitirlo, estaban decididos a matarlo. Y así fue. En un veloz ataque, un grupo se abrió paso entre las distintas batallas, para rodear al poderoso alquimista. En pocos segundos su cuerpo yacía inerte el campo de batalla, y de fondo se escuchaba el alarido de los caóticos y la alegría del Ejército del Rey de Banderbill. Ronald Hutson había muerto, y las hordas de Lord Thek retrocedían a su ciudad. Con mucha astucia lograron repeler el avance Real, pero ya era tarde.
Ronald Hutson, la única esperanza de Lord Thek, había muerto.
Pero las cosas no siguieron tan monótonas como lo venían siendo. Se acercaba el mediodía y las historias de que Lord Thek había enfermado dejaron de ser rumores. Era real, el Maligno Señor de las Tinieblas estaba débil y cercano a la muerte. No había explicaciones para lo que ocurría. Su líder, la figura más fuerte de todo el Caos, llegaba al fin de su vida. Médicos, brujos, nadie podía encontrarle una solución a todo esto.
Pero una respuesta surgió, sin saber cuál fue la fuente del milagro llegó a oídos de las personas más cercanas a Lord Thek que alguien que podía ayudarlo. El habilidoso Alquimista Ronald Hutson. Pero las cosas no serían tan fáciles como los caóticos creían, ya que este famoso personaje se encontraba ni más y ni menos que en las mismísimas cárceles de la Capital Real, Banderbill, por alta traición. Lamentablemente para ellos, no quedaba otra opción más que irrumpir en la prisión y rescatarlo.
Sin embargo, nada de esto era noticia para los habitantes de Banderbill. Hacía tiempo que el Rey sospechaba de un ataque a las cárceles, ya que era uno de los pocos que sabía de la existencia de Ronald Hutson. Los mensajeros llegaban a las distintas ciudades reales con un claro mensaje: “Todo miembro de la Armada Real deberá acudir a la ciudad de Ullathorpe para marchar hacia las prisiones de la Capital Real”. Y así fue. Pasados los días la ciudad neutral comenzaba a tomar un color azulado. Poderosas figuras se formaban en el centro de la ciudad, algunos vistiendo relucientes armaduras y afiladas espadas, otros con sus imponentes báculos y algunos pocos con su carcaj lleno de flechas. Era claro, se acercaba una gran batalla.
Finalmente, llegó el día. Las fuerzas del Maligno Lord Thek emprendieron su camino. Llegando desde todas las direcciones tomaron la cárcel sin dificultad alguna. En cuestión de minutos Ronald Hutson era un hombre libre. Pero la historia no había terminado. Los ejércitos del Rey de Banderbill llegaban de a decenas a las puertas de la prisión, asestando golpes terribles contra sus enemigos. En cuestión de segundos se transformó en un verdadero campo de batalla. Cientos de personas luchaban entre sí, los más feroces hechizos volaban de lado a lado matando a todo aquel que se cruzaba. Los reales intentaban abrirse entre los caóticos para llegar al traicionero alquimista, pero no era tarea fácil. Los seguidores de Lord Thek contraatacaban, impidiendo el avance de los ejércitos del Rey de Banderbill. Pasados los minutos el campo de batalla se mostraba con decenas de muertos, y a un Ronald Hutson escapando hacia los bosques rodeado de fieles al Maligno Señor de las Tinieblas.
Las filas del Rey se reagrupaban. Tendrían solo una oportunidad más para interceptar y matar a Ronald Hutson. Nuevamente Ullathorpe fue el punto de encuentro. Los caídos eran socorridos y el ejército se re-armaba para una nueva batalla. Por otra parte el despiadado ejército de Lord Thek se reunía en los oscuros bosques. No tardaron en retomar la marcha para llegar lo antes posible a Arghal, la Capital del Mal. Pasando por las cercanías del Dungeon Marabel y bordeando Ullathorpe, las filas del Señor de las Tinieblas se vieron obligadas a frenar para descansar, y prepararse para el último tramo. Mientras tanto los Reales llevaban a cabo su último plan, y porqué no, su última esperanza para triunfar. Rápidamente abandonaron la ciudad donde se reunieron para tomar el puente que conecta al continente con Arghal. Allí se llevaría a cabo la última batalla. El ejército se dividió, algunos tomaron el puente, jurando defenderlo hasta la muerte. Otros se paraban más cercanos a los bosques, esperando aquél sonido que indicase que los Caóticos por fin se aproximaban.
Luego de un rápido descanso las hordas del mal se acercaban al puente, bordeando el desierto. Los gritos fueron inmediatos “¡Ahí está el alquimista!” “¡Por el Rey!”… y la batalla comenzó. Nuevamente volaban hechizos por lo alto, las flechas dejaban moribundos a muchos, y los más feroces guerreros avanzaban sin frenar para intentar liberar el puente. Parecía que habían pasado días desde que habían comenzado los enfrentamientos, pero tan solo habían trascurrido unos pocos minutos. Las formaciones se rompían y todo se redujo al esfuerzo personal de cada luchador. Ronald Hutson se acercaba a las puertas de Arghal. Los miembros de la Armada Real no iban a permitirlo, estaban decididos a matarlo. Y así fue. En un veloz ataque, un grupo se abrió paso entre las distintas batallas, para rodear al poderoso alquimista. En pocos segundos su cuerpo yacía inerte el campo de batalla, y de fondo se escuchaba el alarido de los caóticos y la alegría del Ejército del Rey de Banderbill. Ronald Hutson había muerto, y las hordas de Lord Thek retrocedían a su ciudad. Con mucha astucia lograron repeler el avance Real, pero ya era tarde.
Ronald Hutson, la única esperanza de Lord Thek, había muerto.
- BledooNivel 2
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Dom 05 Dic 2010, 19:58
Muy buena
Saludos!
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- toochoNivel 2
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Lun 06 Dic 2010, 19:53
Gracias, Lee todas la qe dicen leyendas.Es toda la historia entera.
La unión hace la fuerza nunca lo has de olvidar
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- TetloxNivel 0
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Mar 14 Dic 2010, 18:32
ta buena jajaj que se muera juajuajua yase muere se enfermo .p:Pjajja
- TetloxNivel 0
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Mar 14 Dic 2010, 18:34
armada real (L) que armada real aguante la legion oscura y los pk los armada reales y los ciudas son re plageros los pk son 3 y te bajan a 20 ciudas :p q a 20 a 100 jajajaj
Lore- Advertido, doble post.
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- Light YagamiiNivel 2
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Miér 15 Dic 2010, 01:02
Buena historia....
- alan93Nivel 3
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Dom 19 Dic 2010, 19:20
Esta muy muy muy buena amigo me re gusto ahora q tdn esta off toy leiendo todas las leyendas!
- TinchitoH.-Nivel 4
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Dom 19 Dic 2010, 20:20
Tetlox escribió:armada real (L) que armada real aguante la legion oscura y los pk los armada reales y los ciudas son re plageros los pk son 3 y te bajan a 20 ciudas :p q a 20 a 100 jajajaj
Lore- Advertido, doble post.
Te quiero ver matando a alguien.!!!
Buena historia..
- GODNivel 17
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Re: Leyendas.La enfermedad de Lord Thek
Dom 19 Dic 2010, 20:28
http://ao.3dgames.com.ar/Html/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=23
Vale dejar fuente.
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